Les adjunto este artículo que re-escribí para la revista Factor Solidario y que inaugura el navegante 2010.
Baraka es un documental del estadounidense Ron Fricke que narra a través de las imágenes fílmicas, la música y los efectos sonoros, la vida sobre el planeta, la evolución de la humanidad, y la relación de ésta con su entorno.
Baraka es un documental del estadounidense Ron Fricke que narra a través de las imágenes fílmicas, la música y los efectos sonoros, la vida sobre el planeta, la evolución de la humanidad, y la relación de ésta con su entorno.
Baraka significa aliento de vida en lengua sufí (rama esotérica del Islam), por no poseer diálogos, ni voces en off, solo sonido e imagen se hace de un alcance que se podría considerar casi universal. Trasciende la lengua para llegar a las fibras sensibles, con los lenguajes más universales que posee el ser humano.
A lo largo de esta producción documental de 96 minutos de duración, nos encontraremos con un planeta tierra magnífico y deslumbrante, con seres sometidos al flujo del tiempo habitando los espacios más remotos. El hombre contrapuesto en los espacios frenéticos de las ciudades alienado por la tecnología y las leyes de mercado, frente a los rituales religiosos milenarios celebrados desde tiempos inmemoriales. Según la visión del director : "Baraka es un viaje de redescubrimiento de la propia vida, ahondando en la naturaleza, en la historia, en el espíritu humano, en fin, en el reino del infinito"
El filme se puede interpretar como un viaje de autoconocimiento partiendo de la imagen del otro como un diferente, hallando lo común que nos hace humanos, lo que nos permitiría en caso de desearlo, tender un puente con cualquier otro individuo cualquiera fuera su idioma o religión.
Filmado en 152 lugares diferentes, localizados en 24 países, Argentina, Australia, Brasil, Camboya, China, Ecuador, Egipto, Francia, Hong-Kong, India, Indonesia, Irán, Israel, Italia, Japón, Kenia, Kuwait, Nepal, Polonia, Arabia Saudita, Tanzania, Tailandia, Turquía, y Estados Unidos. Panorama de diversas culturas y modos de vida, Baraka es un documental para entrar en comunicación con los antiguos espíritus, con la naturaleza ancestral, con la fragilidad humana y sus obras monumentales.
Hay tal vez un intento por retomar esa visión primitiva y mística de la relación vivencial del hombre con su entorno, de intentar acercarnos a entender el mito del progreso tecnológico en el que vivimos como uno entre infinitos paradigmas posibles
La música compuesta por Michael Stearns en compañía de Lisa Gerrard y Brendan Perry de Dead can Dance, nos traslada por el tiempo, logrando una relación de retroalimentación con las imágenes realzándolas en intensidad emotiva. La banda sonora cuenta con música de cada país que está presente en el documental por lo que el espectro sonoro musical es fascinante.
Este film se enmarca dentro de una corriente inaugurada tal vez por Godfrey Reggio con Koyaanisqatsi la película que inaugura la trilogía Qatsi (vida en lengua hopi) que trata esencialmente sobre el mundo moderno y sus efectos sobre le medio ambiente. Sobre esta corriente formalmente inspiradoras de Baraka, Reggio señalaba. “No se trata de que yo escriba un guión, o tenga un punto de vista, sino de que en un determinado momento las palabras han de desaparecer de la página para que la imagen y el sonido se conviertan en aquello a lo que estás tratando de responder y te digan cómo darle forma, que te hablen. Tratas de estar en contacto con aquello que has contribuido a crear”.
Baraka fue estrenada en el año 1992 y ahora vuelve a ser editada para Blue- Ray, en una calidad que resulta difícil de comparar con algo visto anteriormente ya que la fotografía es uno de los motores emocionales más fuertes que posee la película y en este formato parece tomar vida frente a nuestro ojos.