lunes, 20 de abril de 2009

Regencia, paraíso. (aprete aqui)



A Regencia llegué em uma camioneta de um ingeniero agrónomo, que nos llevó a mi y a un amigo de Militao que llevaba uma película para ser exhibida em dicho pueblo. Ya Militao me había conseguido una familia para quedarme en su casa. Ahí luego de preguntar bastante llegué a casa de Doña Iná.

Ahí me recibió un comité de bienvenida, eran como diez personas de diferentes edades todas reunidas alrededor de una mesa. Ahí me preguntaron de donde venía, y a pesar de que le dije que dormía en cualquier lugar y no quería incomodar a nadie, la abuela de la familia y la madre de todos me dió su cama para irse a dormir al living, ahí tuve el primer gesto de una hospitalidad increíbe, esa que nos hace sentir pequeños. Con esta familia me sentí como en mi casa, todos los días se comía en una mesa enorme, llegaban todos los hijos e hijas de Ina, con sus respectivos hijos, por lo que a veces la turma llegaba a ser de 40 personas, de todas las edades. El clima siempre era de tranquilidad y de charla en medio de banquetes con peces, cangrejo, feijao, tallarines, y jugos de todo tipo de frutas que tenían en el jardín.





Con cada uno de los miembros de la familia generé una relación especial, todo esto llevó a que aunque fuera con la idea de quedarme tres días, me quedara diez.



El primer día fui a jugar al fútbol de salón, y no fue que me destaqué, pero metí un golcito lindo que me la tiró el golero la paré con la rodillá, sin que cayerá le pegué con el pie para acomodármela para el arco rival y dando una vuelta chuteé a lo Zidane y la clavé a un ángulo, ahí salió algún grito de la tribuna de algarabía, que hizo olvidar la pelota anterior que había perdido y que hizo que nos clavaran.

Luego de eso vi una casa con tapas de discos de pasta afuera, y como me dió la curiosidad, paré para preguntar quién vivía, en la puerta estaba Mariola, rasta de piel oscura de voz tranquila y ritmo lento con el que luego nos haríamos bastante amigos, me dijo que vivía Ronaldo. Al rato de estar sentado charlando en la puerta de la casa, llegaba en bicicleta un personaje de unos cincuenta años, bigote tupido pero ni muy ancho ni muy largo. El legendario Ronaldo tiene una colección de discos de vinilos de aproximadamente 15.000 piezas, lo que hace que como sus casa es muy pequeña la mayor parte esté ocupada por los discos de pasta. En su casa todo es permitido, cualquier tipo de infusión, como de humo, como de expresión artística, es así que sus paredes están todas dibujadas, con retratos, de Lennon, de el mismo, tanto como dibujos abstractos,quién quiere intervenir, puede.





Ese fue el primero de varios días de charlas compartidas en la cocina de Ronaldo, de paredes de ladrillo y de cuchillos de todos los tamaños y formas colgados. Las charlas eran entre cachaças, risas, humos, reflexiones metafísicas y zoológicas. Varios de los días que fuimos Ronaldo estaba lavando, cosa que no hacía desde noviembre. Su ropero constaba basicamente de dos camisetas, un par de chanclestas y veinte bermudas, nunca lo vi de camiseta. El tiempo aproximado que usaba cada bermuda era de una semana y media según él.


En otra de esas noches conocí a Natal (navidad en portugués) un pintor primitivista, de piel bien negra y de unos 55 años con el que también hicimos una gran amistad, algunas noches conversábamos hasta el amanecer de arte, de música y en fin de lo que nos viniera en ganas. La casa de Natal está decorada de una forma muy curiosa







Ya el primer día por obra del destino caí en una fiesta íntima, donde había un fuego prendido con una plancha arriba, ahí se tiraban los camarones y cuando estaban hechos que estaban bien rojos, se le ponía un poco de limón gallego, que es uno naranja por dentro y un poco más dulce, pero igualemente ácido, y al buche el manjar del mar. Esa noche de guitarras y percusiones con lo que se tuviera a mano, me presentaron a Gurú, este es hijo de Militao me dijeron. Gurú es el mestre del aerial (maniobra de surf de saltar con la tabla y volar por unos segundos) me agregaron. En esa fiesta conocí a Rolao dibujante y tallador en madera, que por esa época andaba haciéndoles tatuajes gratis a sus amigo, casi me hago uno, pero no encontré un motivo que me llamara la atención.

Hice tres paseos que fueron preciosos, el primero fue la pesca de camaron al Río Dulce, en esa ocasión salimos con Rolao y Gurú en un bote, y navegamos como cuatro kilómetros río arriba, llegamos a una fazenda donde vivía una gente macanuda, comimos unos cacaos, y unas acerolas, y nos tiramos al Río en busca de los camarones, estos generalmente se cazan con la mano metiéndola en los agujeros de barro que se encuentran abajo de los juncos y de las plantas de agua, por esto hay que meterse entre las plantas a veces un metro y medio abajo del agua. Puse mucho empeño en pescar algún camarón, ya que quería que me reconocieran el trabajo, por eso mientras ellos sacaron más de una docena en una hora yo investigaba metiendo la mano en todos lados entre los musgos , pero por falta de costumbre cuando tocaba algo que se movia en vez de apretar, sacaba rápido la mano. Estuve una hora en el agua y nada. Después agarré unos cacaos y me puse a comer sobre la canoa, luego pensé que eso no podía quedar así, me tiré de nuevo y luego de veinte minutos en el agua, me pareció palpar algo en un hueco, apreté y cuando saqué la mano salió un camarón largo como un gato más o menos, ahí grité “pegué um” y en seguida Gurú grito “olha Rolao o gringo pegó um pitu (camarón)” “ ehhh gringo parabens” gritó desde lejos y me aplaudieron entre los dos. Fue una tarde increíble.



Otro día fui con Anildo el cazulo (hijo más chico en Brasil) de Iná, al proyecto Tamar, que es una ong que trabaja en todo el litoral, desde Ceará hasta Santa Catarina, protegiendo las tortugas. Ahí conversamos un poco sobre las diferentes especies, y me dijeron que iban a limpiar la piscina de las tortugas, a lo que obviamente ofrecí mi ayuda al instante. Ahí comenzamos a limpiar las tortugas gigantes, de 20 o 30 años cada una, de hasta 150 kilos algunas. Ahí compartimos un momento lindo entre las tortugas, lo que cerramos con una café compartido al final.









Volvimos caminando por la playa los siete kilómetros desde la reserva hasta el pueblo, en ese trayecto la playa está llena de refugios creados por pescadores, con los palos que trae la corriente. En el camino comenzamos a recoger todo tipo de fruta, que caen en el Río Doce y el agua las trae, recogimos caja (fruta naranja parecida a un quinoto, muy buena para jugos), jenipapo y coco. Fue una caminata linda por la ribera del océano.














Otra tarde fuimos a una isla con Mariola, Dudú fumos de canoa, comimos unos cacaos y luego volvimos para hacer una feijoada.





Cada día en Regencia fue increíble, con una familia que me hizo sentir como en casa, con una barra linda de amigo pescadores\surfistas con los que compartimos momentos increíbles y con una belleza natural que deslumbraba.







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viernes, 17 de abril de 2009

Linhares y Mestre Militao



Para llegar a Linhares desde Vitoria, Mestre Militao utilizó su amplia red de contactos, para conseguir un aventón en un omnibus que se encargaba de llevar a personas al hospital público de Vitoria para ser atendidos por especialistas. Estuvimos esperando dos horas a una veterana que saliera del otorrino, y cuando la fuimos a buscar ya se había ido, por lo que el chofer la buscó por toda la ciudad. Por lo que demoramos 6 horas en hacer un trajecto de 180 kilómetros.


Cuando llegamos Militao me estaba esperando en la puerta de un club, así qeu luego de las presentaciones cargué las mochilas al hombro y enfilamos para us casa. Militao es un tipo conocido por toda la ciudad, cuando va caminando le gritan, lo saludan, lo invitan una cerveza, es un tipo muy querido. Luiz Mauro como es el nombre completo de nuestro amigo, fue paracaidista del ejército y en esa época recorrió todo Brasil, por lo que conoce todos los límites desde el amazonas, pasando por el litoral con su infinidad de islas, el centro oeste por Mato Grosso, hasta el Sur por Río Grande.




En la casa de Militao vive su esposa Solange, y cinco de sus hijos, dos varones y tres mujeres, con los que entable una muy buena relación, sobre todo con Jazmine y Tanni que tienen 14 y 18 respectivamente. Con ellas salía a caminar y conversábamos bastante. Los cinco hijos de Militao hacen Capoeira Angola, por lo que las hijas si bien son adolescentes tienen una musculatura de levantador de pesas. En la casa de Miltao se come frente al televisor como en la mayoría de las casas de Brasil, een esta casa la televisión se prendía cuando se levantaba el primero y se apagaba cuando se acostaba el último.



Cuando llegué había una olla grande donde había como en una salsa de tomate una cabeza de pescado que sobresalía y parecía que me miraba, también tenía banana, fue la primera vez que vi una moqueca, comida tradicional en los estados de Bahía y Espírito Santo.

Salimos con Militao y tomamos una cerveza en cada bar que nos invitaba algún amigo de él, luego me presentó a medio Linhares desde la barrendera del municipio hasta el prefecto, todos lo conocen y lo respetan. En ese roteiro llegamos a casa de unos pescadores y conversamos sobre como se encontraba el río, y luego fuimos a la casa del vice prefeito y nos tomamos un café con leche, con galletitas y queso minas, el más común por estos lares.







Militao es un tipo con el que no me gustaría tener problemas, sabe ocho artes marciales y es mestre de capoeira, por lo que aun llegando a los cincuenta parece tener treinta años. Trabaja con medio ambiente y tiene una conciencia ecológica muy grande, es un tipo que entra a un bosque o mata solo con un cuchillo, y se queda dos semanas haciendo investigaciones comiendo y bebiendo de lo que la naturaleza le brinda.

En una de esas salidas paramos en un bar, en frente a una lagunita artificial preciosa, conversando me dijo que esa laguna en otra época estaba muy contaminada, llena de basura, y con una mata baja, pero que él había hecho un proyecto y en un año lograron limpiar toda la laguna, ahora hasta se puede pescar.



La gente a la vez que lo respeta le teme un poco, porque tiene historias de haberle dado surras a varios fazenderos, que estaban desmatando la zona, como también a varios narcotraficantes, sin embargo cuando se le conoce, se encuentra un tipo generoso, hospitalario y curioso.
Me resultó interesante, porque no tiene educación formal, más allá de la escuela, pero es un tipo con un conocimiento muy profundo de la cultura afrodescendiente, tanto como de la biogeografía autóctona, así como de la historia de sus antepasados. Militao me dió una cantidad de contactos por todo Brasil que me ayudaron a conocer otras familias, y amigos, por lo que fue mi guía espiritual, en las semanas que siguieron.
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