No recuerdo cuando comencé a escribir estas poesías solo recuerdo que pasaron aquellas primeras épocas del Navegante de Mundo Giratorio, primer libro que tímidamente entregué a algunos amigos, diseñado en formato word, con una tapa de goma eva que Caíto mi editora, productora, manager, me había diseñado.
Este primer libro era una explosión de sentimientos arrojados contra un papel, una suerte de autoterapia de un pibe que buscaba tranquilidad y luz. Eran poemas que había escrito desde los 17 a los 22 años. El amor en la adolescencia no me había tratado muy bien, llegando en ocasiones a dejarme ciego de ira, resignado, desconfiado del mundo. De esta primera época es este poema.
Rabia que fue mía
“Heart and Soul, one will burn”
Heart and Soul, Ian Curtis
La gente como vos
no merece nada
tal vez quieras
por eso
cuando te toque
la mierda que te toque
yo voy a estar lejos
Llegó un momento que me encotraba lejos ya de ese rencor y de la estética de estos poemas por lo que los desprendí, no quise volver a saber de ellos por mucho tiempo. No me interesaba acercarme desde este punto a un otro. En esa época posterior a esas difíciles historias de amor, logré renacer a partir de viajar, de conocer el abrazo anónimo, el viaje al Foro Social Mundial me marcó un camino, otra libertad de sentimiento, una libertad de encuentro. En dicho foro participé de una marcha de gente desnuda, conocí a pensadores y filósofos, activistas de movimientos de todo tipo, bailé todo ritmo que llegara a mis oídos, participé en una y mil ruedas musicales, donde se compartía desde bebidas espirituosas a pipas de la paz. La canna también fue parte de esa apertura y desestructura, permitió buscar caminos inexplorados y salir de los caminos tradicionales de mi propio pensamiento.
Para el siguiente foro social mundial que fue en el 2005 ya tenía un antecedente vital. En esta oportunidad me enamoré de una brasileña llamada Anelise un nombre bastante común por aquellos pagos, con la que estuve 9 meses de novio más o menos. Me iba a dedo a visitarla, ella era de un pueblo de agricultores llamado Maquiné. Sus padres tenían chacra, en esos días cortaba caña de azúcar y recogía frutas. Conocí mil frutas, como la Jabuticaba, la Maracuyá, la Acerola, la Jaca, etc. Un Brasil interior que me movió cosas dentro. Interioricé músicas, descubrí que la gente ama y celebra la amistad en todos lados. Descubrí a Raul Seixas al que idolatro hasta el día de hoy, a Cassia Eller a Rita Lee y Os Mutantes, a Bezerra da Silva, a Gabriel O Pensador entre muchos impactos. Descubrí un mundo nuevo a pasos de mi casa.
Es que a veces
no solo quiero saber de vos
quiero transcurrir contigo
para ver el mágico momento
en que tu ojos
que son dos mundos
dos lunas
dos océanos
silenciosamente cerrados
silenciosamente abren
Siempre sentí a su vez que quería vivir con alguien que se entregara al amor, como un salto al vacío, que estuviera dispuesto a jugarse de verdad por vivir en sintonía. En este tiempo donde se habla del amor, pero cuesta tanto mirarse a los ojos, abrazarse, transmitir esa energía que nos da plenitud.
yo prefiero la demencia
amar hasta los huesos
si tengo que elegir perfil
quiero tu pasión irracional
que celes de tu sombra
que me mates si te engaño
que no sepas respirar sin mí
que tus uñas marquen mi pecho
es tan difícil de entender
hay que vivir sin miedos
nada es eterno
la vida no da revancha
yo pienso el futuro
pero vivo el presente
sino llorando al atardecer
algún día preguntaré
donde está el tiempo perdido
Allí como al descuido, en un momento de transición apareció la amistad de Caíto, inmediatamente me deslumbré con la luz de ella, pero no en un plano amoroso, sino simplemente de disfrutar de su compañía, todo eso fue llegando a la historia más grande de amor a la que había podido aspirar, un ser que se entrega de cuerpo y alma, sin miedo a morir en el intento.
Con ella hicimos muchos viajes a dedo, recorriendo gran parte de sudamérica a dedo, por los caminos que nos llevaban los camioneros. En cada uno de estos viajes aprendí como en una vida.
Estos poemas los quiero compartir porque para eso fueron escritos, para encontrarnos con quién marque nuestro destino como seres. Lo siento como un cimiento más para la construcción de una carrera artística, humana y espiritual.
Poesía para la Supervivencia