Creo que esta carta de Vinicius muestra algo de la esencia de Río y contiene a su vez un afecto y un amor hacia su amigo muy fuerte, la traduje para ustedes.
A Ruben Braga
A mi amigo Ruben Braga
Digan que voy, que vamos bien, solo no tengo coraje de escribir
Pero díganle. Díganle que es navidad, que los destinos
Están pegando, y vamos al galope, el niño va a nacer
Entre las lágrimas del tiempo. Díganle que los tiempos están duros
Falta agua, falta carne, falta a veces el aire: hay una angustia
Fuera de eso se va viviendo. Díganle que es verano en Río
Y a pesar de hoy estar lloviendo, mañana seguro el cielo se abrirá de azul
Sobre las minitas de bikini. Díganle que Cachoeiro continúa en el mapa
Y hay minitas de bikini, altas y bajas, rubias y morochas
Y mismo negras, con mucha gracia. Díganle, entretanto
Que la falta de dignidad es considerable, y las perspectivas pobres
Aunque siempre hay algunas, pocas. Tenso eso, va todo bien
En el vermelinho. Díganle que la minita de la caja
Continúa impasible, aunque Caloca cree que ella está mejorando
Díganle que Ceschiatti continua toman choppes, y yo también
Maltraigo una avitaminosis B y el hígado ligeramente hinchado
Díganle que el tedio algunas veces es mortal, se respira con la más extrema
Dificultad; se golpea, y nadie responde. Sin embargo
Díganle que las mujeres continúan pasando en lo alto de sus tacos y la moda
de faldas cortas
Y de las mangas japonesas les da un interés nuevo, están muy provocativas
El diablo es de mañana, cuando se sale para el trabajo, da una tristeza,
la rutina: para la tarde mejora
Oh, díganle a el, díganle a él, a mi amigo Ruben Braga
Corresponsal de guerra, actualmente en algún lugar de Italia
Que todavía hay auroras a pesar de todo, y el barullo de las cigarras
En la claridad matinal. Díganle que el mar en el Leblon
A pesar de que se encuentre eventualmente un sorete boyando, debido a los
deshechos
Continúa de lavar todos los males. Díganle también
Que hay mierda boyando por todos lados, pero que habiendo olitas
La gente se aguanta. Díganle que escribí una carta tierna
Contra los escritores mineiros, a el le va a gustar.
Díganle Que el otro día vi a Elza-Simpatía-es-casi-amor. Fue para Estados unidos
Y rió mucho cuando le dije que ella le iba a hacer falta al paisaje carioca
Su risa me dio ganas de beber: la tarde
Quedo tensa y luminosa. Díganle que el otro día en la calle Larga
Vi un pibe en coma de hambre (coma de hambre suena exquisito, parece
Que habiendo coma no debería haber hambre: aunque había)
Pero en compensación estuve después con Aníbal
Que aunque no dé para alimentar a nadie, es un amigo. Díganle que Carlos
Drummond ha escrito grandes poemas, pero yo largué el suplemento
Díganle que está con cara de que va a haber mucha miseria-de-fin-de-año
Hay de un modo general, una acentuada tendencia a emborracharse y un ansia
En las personas de arrugarse. Díganle que el compadre está en la insulina
Pero que la comadre está linda. Díganle que alguna vez[Miranda pasa
Y ríe con aire de astucia. Díganle, oh, no, no se olviden de decirle
A mi amigo Ruben Braga, que comí camarones en el Antero
Huevas en la Cabaça, y vatapá en la Furna y que tome plenty coquinho
Díganle también que Werneck prosigue enamorado, está en el tiempo
De cajú y ananá, y en las calles
Ya se perfuman los jazmines. Díganle que ha habido
Pocos crímenes pasionales en proporción al gran número de pasiones.
A la suelta. Díganle especialmente
Del azul de la tarde carioca, recortado
Entre el ministerio de Educación y la ABI. No creo que haya igual
Mismo en Capri. Díganle que todavía mucho lo envidiamos
Tati y yo, y las saudades son grandes, y yo sería muy feliz
De poder estar un poco a su lado, uniformado de segundo sargento. Oh
Digan a mi amigo Ruben Braga
Que algunas veces me siento mezquino pero reacciono, he tenido mis malos momentos
Pero reacciono. Díganle que continúa aquel modesto luchador
Todavía infalible. Que estoy perfectamente esclarecido
Y es muy capaz de que nos reveamos en Europa. Díganle discretamente
Que eso sería una gran alegría: que si él
No manda a buscar a Zorinha y a Roberto antes, que sin duda
Los llevaremos con nosotros, que mucho quiero
Encontrarlo en París, en Roma, en Bucarest. Digan oh digan
A mi amigo Ruben Braga que es una pena que llueva
Aquí en este día tan lleno de memoria. Pero
Que beberemos a su salud, y él estará entre nosotros
El bravo capitán Braga, seguramente el mayor cronista de Brasil
Grave en su gorro de campaña, sus cejas y su bigote circunflexo
Tierno en sus ojos de pescador de fondo
Feroz en su hocico de lobo solitario
Delicado en sus manos y en su modo de hablar en el teléfono
Y brindaremos a la figura suya, a la poesía única suya, a la revuelta suya al caballerismo suyo
Para que allá entre las viejas paredes renacentistas y os doce montes cônicos de feno
Allá donde la cobra está fumando su moderado cigarro brasilero
El sea feliz también, y fuerte y se acuerde con saudades
De Río, de todos nosotros y aí! de mi.
A Ruben Braga
A mi amigo Ruben Braga
Digan que voy, que vamos bien, solo no tengo coraje de escribir
Pero díganle. Díganle que es navidad, que los destinos
Están pegando, y vamos al galope, el niño va a nacer
Entre las lágrimas del tiempo. Díganle que los tiempos están duros
Falta agua, falta carne, falta a veces el aire: hay una angustia
Fuera de eso se va viviendo. Díganle que es verano en Río
Y a pesar de hoy estar lloviendo, mañana seguro el cielo se abrirá de azul
Sobre las minitas de bikini. Díganle que Cachoeiro continúa en el mapa
Y hay minitas de bikini, altas y bajas, rubias y morochas
Y mismo negras, con mucha gracia. Díganle, entretanto
Que la falta de dignidad es considerable, y las perspectivas pobres
Aunque siempre hay algunas, pocas. Tenso eso, va todo bien
En el vermelinho. Díganle que la minita de la caja
Continúa impasible, aunque Caloca cree que ella está mejorando
Díganle que Ceschiatti continua toman choppes, y yo también
Maltraigo una avitaminosis B y el hígado ligeramente hinchado
Díganle que el tedio algunas veces es mortal, se respira con la más extrema
Dificultad; se golpea, y nadie responde. Sin embargo
Díganle que las mujeres continúan pasando en lo alto de sus tacos y la moda
de faldas cortas
Y de las mangas japonesas les da un interés nuevo, están muy provocativas
El diablo es de mañana, cuando se sale para el trabajo, da una tristeza,
la rutina: para la tarde mejora
Oh, díganle a el, díganle a él, a mi amigo Ruben Braga
Corresponsal de guerra, actualmente en algún lugar de Italia
Que todavía hay auroras a pesar de todo, y el barullo de las cigarras
En la claridad matinal. Díganle que el mar en el Leblon
A pesar de que se encuentre eventualmente un sorete boyando, debido a los
deshechos
Continúa de lavar todos los males. Díganle también
Que hay mierda boyando por todos lados, pero que habiendo olitas
La gente se aguanta. Díganle que escribí una carta tierna
Contra los escritores mineiros, a el le va a gustar.
Díganle Que el otro día vi a Elza-Simpatía-es-casi-amor. Fue para Estados unidos
Y rió mucho cuando le dije que ella le iba a hacer falta al paisaje carioca
Su risa me dio ganas de beber: la tarde
Quedo tensa y luminosa. Díganle que el otro día en la calle Larga
Vi un pibe en coma de hambre (coma de hambre suena exquisito, parece
Que habiendo coma no debería haber hambre: aunque había)
Pero en compensación estuve después con Aníbal
Que aunque no dé para alimentar a nadie, es un amigo. Díganle que Carlos
Drummond ha escrito grandes poemas, pero yo largué el suplemento
Díganle que está con cara de que va a haber mucha miseria-de-fin-de-año
Hay de un modo general, una acentuada tendencia a emborracharse y un ansia
En las personas de arrugarse. Díganle que el compadre está en la insulina
Pero que la comadre está linda. Díganle que alguna vez[Miranda pasa
Y ríe con aire de astucia. Díganle, oh, no, no se olviden de decirle
A mi amigo Ruben Braga, que comí camarones en el Antero
Huevas en la Cabaça, y vatapá en la Furna y que tome plenty coquinho
Díganle también que Werneck prosigue enamorado, está en el tiempo
De cajú y ananá, y en las calles
Ya se perfuman los jazmines. Díganle que ha habido
Pocos crímenes pasionales en proporción al gran número de pasiones.
A la suelta. Díganle especialmente
Del azul de la tarde carioca, recortado
Entre el ministerio de Educación y la ABI. No creo que haya igual
Mismo en Capri. Díganle que todavía mucho lo envidiamos
Tati y yo, y las saudades son grandes, y yo sería muy feliz
De poder estar un poco a su lado, uniformado de segundo sargento. Oh
Digan a mi amigo Ruben Braga
Que algunas veces me siento mezquino pero reacciono, he tenido mis malos momentos
Pero reacciono. Díganle que continúa aquel modesto luchador
Todavía infalible. Que estoy perfectamente esclarecido
Y es muy capaz de que nos reveamos en Europa. Díganle discretamente
Que eso sería una gran alegría: que si él
No manda a buscar a Zorinha y a Roberto antes, que sin duda
Los llevaremos con nosotros, que mucho quiero
Encontrarlo en París, en Roma, en Bucarest. Digan oh digan
A mi amigo Ruben Braga que es una pena que llueva
Aquí en este día tan lleno de memoria. Pero
Que beberemos a su salud, y él estará entre nosotros
El bravo capitán Braga, seguramente el mayor cronista de Brasil
Grave en su gorro de campaña, sus cejas y su bigote circunflexo
Tierno en sus ojos de pescador de fondo
Feroz en su hocico de lobo solitario
Delicado en sus manos y en su modo de hablar en el teléfono
Y brindaremos a la figura suya, a la poesía única suya, a la revuelta suya al caballerismo suyo
Para que allá entre las viejas paredes renacentistas y os doce montes cônicos de feno
Allá donde la cobra está fumando su moderado cigarro brasilero
El sea feliz también, y fuerte y se acuerde con saudades
De Río, de todos nosotros y aí! de mi.
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